By Carlos Capel
Mi propuesta de ruta comienza en el Cap de Creus, una propuesta que, aunque implica el esfuerzo de madrugar recompensa sobradamente ver asomar un mar neutro, bajo el primer albor de un cielo rosado donde la Luna aún se transparenta rígida, ya de retirada.
La Ruta del Exilio nos lleva a un viaje a través de una de las historias de más triste recuerdo de la España reciente, haciéndonos pasar por los caminos que a principios del año 1939 vieron la huida de miles personas huyendo del empuje del ejército franquista.
La ruta original parte de Port de la Selva, pero hacer una parada previa en el Cap de Creus resulta imprescindible para poder disfrutar esta ruta completamente. Con esta ruta cruzaremos hasta cuatro veces la frontera España-Francia a través de pasos fronterizos poco concurridos que nos permitirán disfrutar en toda su extensión del parque natural del Cap de Creus, de los viñedos de la Costa Roja, cruzar el macizo de Alberes y atravesar los Pirineos de Oeste a Este a través de las típicas carreteras no transitadas de esta preciosa zona. Finalmente descenderemos al sur hasta llegar a la comarca de la Garrotxa, donde terminará nuestra ruta de aproximadamente 250 km.
Tras ver amanecer desde el Cap de Creus, tomaremos las carreteras GI-614 y GI-613 dirección hacia Port de la Selva. El punto positivo de coger estas carreteras de buena mañana es que no nos encontramos con ninguna aglomeración de coches, siendo nosotros los que marcaremos nuestro propio ritmo pudiendo disfrutar de un sinfín de curvas. Sin duda, esta combinación de curvas, acantilados y viñedos que nos precederá a Port de la Selva te dejará enamorado de las costas catalanas.
Al llegar a Port de la Selva, podremos contemplar el inicio del día de este pequeño pueblo costero, recorriendo el paseo del pueblo dejando el mar a nuestra derecha y buscaremos la Sierra de Rodes, la cual nos llevará directos al Parque Natural de la Selva de Mar. Una vez llegamos a la carretera GIP-6041 te darás cuenta que es una de las mejores que habrás hecho en mucho tiempo: un asfalto ejemplar nos dejará ver, curva tras curva, el precioso pueblo de Selva de Mar desde un punto de vista privilegiado. Siguiendo esta carretera llegaremos a un punto, en el que si uno tiene tiempo tiene que visitar el Monasterio de Sant Pere de Rodes, un mostrario construido entre los siglos XI al XIV que nos permitirá tener unas vistas increíbles del mar al norte del Alt Empordà.
Una vez visitado este hermoso monasterio retomaremos la ruta a través de la GIP-6041, que nos hará descender la Sierra de Rodes y pasaremos por diferentes pueblos: Vilajuïga, Garriguella y Vilamaniscle. Todos ellos están rodeados de antiguos viñedos y precisamente en Vilamaniscle, situado en la Sierra de Albera, existen diferentes rutas del vino ya que forman parte de la oferta gastronómica y cultural que ofrece esta localidad.
Una vez cruzados estos pueblos, seguiremos por la carretera GIV-6032 con una soledad aplastante. Dificilmente nos cruzaremos con algún coche, por lo que la sensación de libertad que se disfruta es única. Unos cuantos kilómetros más adelante nos encontraremos con un desvío a la derecha que se llama Camino de Sant Quirze de Colera. En este camino, únicamente en su parte final nos encontramos con un trozo de pista de un par de kilómetros aproximadamente, que nos dará paso al Monasterio de Sant Quirze de Colera, que nos permitirá retroceder más de cuatrocientos años e imaginar el apogeo del mismo. Este monasterio fue, en su día, una abadía benedictina construida en el siglo IX y se encuentra en la localidad de Rabós. Está declarado como Monumento Histórico Artístico y se puede visitar. Detrás del monasterio se ubica un restaurante en el que reponer fuerzas.
Tras esta visita seguiremos la ruta por la GI-603, pasando por los pueblos de Rabós y Espolla, llegando a Coll de Banyuls, por donde pasaremos la frontera entre España y Francia por primera vez. El único problema es que al intentar cruzar la frontera fue imposible ya que, alegando restricciones por COVID, la Gendarmerie tenía bloqueado el paso fronterizo y obligaba a cruzar por la carretera principal de la Jonquera, un plan nada recomendable si vas en moto y hace calor.
Al no haber más remedio que cruzar la frontera por la Jonquera (tampoco es una mala idea disfrutar del Coll de Banyuls en sentido contrario), en cuanto entramos a Francia tendremos que dirigirnos al pueblo de Maureillas-las-Illas para continuar con la ruta. Desde este pueblo habrá que rodar por la carretera D13, la cual nos llevará de nuevo a la frontera: esta vez la de Francia-España. Esta carretera, de unos veinte kilómetros, es estrecha y está poco transitada. Lateralmente está protegida por antiguas defensas de piedra, por lo que podremos hacernos una idea de las circunstancias históricas que nos rodean.
Este puerto será sin duda lo mejor de la jornada. Disfrutar durante tantos kilómetros de la soledad permite a uno reconciliarse consigo mismo y tener un buen rato de psicocasco, unas de las mejores terapias gratuitas que existen.
La sorpresa, sin embargo, estaba al llegar al pueblo que hace de frontera ya que también estaba cerrada. Sin embargo, no hay que darse por vencidos ya que simplemente preguntando a los lugareños si existía alguna ruta alternativa para cruzar España la respuesta fue positiva: existía un camino con un poco de off road (5 km) y me aseguraron que la pista estaba en buenas condiciones.
No es del todo fácil encontrar el camino, pero el esfuerzo sin duda vale la pena. En mi memoria queda la vez que crucé de Francia a España haciendo off road: la sensación de alegría y felicidad que me invadió no me dejó más remedio que gritar dentro de mi casco… Y menos mal que los únicos testigos eran los árboles y plantas de la zona.
Tras este subidón, tocaba recorrer la carretera GI-503 que nos llevaría por los pueblos de Pireneo de La Vaiol, Maçanet de Cabrenys y Tapis hasta llegar a otro mis puertos preferidos para montar en moto: el Coll dels Horts. Este puerto mítico que lleva de España a Francia (hay que tener en cuenta que en este momento ya hemos cruzado la frontera tres veces) es uno de mis preferidos. Es un puerto rápido y con un asfalto de primer nivel, que permitirá rodar con confianza (invierno incluido) y que con la emoción de disfrutar del paisaje llegues a Coustouges, el primer pueblo francés con el que te encontrarás. Rodar por esta parte del sur de Francia es una de las mejores sensaciones que hay: todos los pueblos que te cruzas al circular por la carretera D3 te dan la impresión de estar abandonados, no hay mucha gente por la calle pero debes recordar que estás en el Pirineo y que la temporada alta de esta zona es en invierno.
Este nuevo cruce de frontera te hará recorrer durante varios kilómetros estas carreteras francesas que van desde la D3 hasta la D115. Esta última carretera nos llevará directamente al Coll d’Ares, un puerto mítico entre Francia y España que se disfruta de una manera al subirlo y de otra completamente diferente al bajarlo. Las vistas que tenemos en la subida son simplemente espectaculares: montañas llenas de pinos por todos lados que hacen que la sensación de libertas se multiplique por tres o por cuatro.
El último tramo de la ruta empezará nada más coronar la Coll d’Ares. En este punto empalmaremos en la C-38 y bajaremos dirección Camprodon, pasando por las poblaciones de La Ginestoca y Molló. Justamente antes de llegar a Camprodon giraremos hacia la izquierda para coger la carretera GIV-523. Esta carretera os dará mucho que pensar, sobre todo por cómo tuvo que ser la experiencia de huir por la carretera en el año 1939, con el invierno en pleno auge.
Este tramo tan motero y espectacular nos llevará por las poblaciones de Rocabruna, Beget y Sant Miquel de Pera. Es recomendable parar en el pueblo de Beget, un pueblo típico del Pirineo, con su iglesia como elemento más destacable junto a sus casas de piedra, que desde el año 2021 pertenece a la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España y que actualmente cuenta con un censo de sólo 27 habitantes.
El tramo por el que circularemos será por la carretera GIV-5521, la cual nos llevará a Castelfollit de la Roca. Este pueblo es el segundo más pequeño de Cataluña y el más pequeño de la provincia de Girona y que forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Además, Castellfollit de la roca es la única cantera activa que existe actualmente en España.
Esta ruta nos permite disfrutar de carretas míticas del norte de Cataluña y del sur de Francia, y nos trasladará a los años 30 en los que España estaba desgraciadamente inmersa en la Guerra Civil.
Rutómetro
Itinerario
Cap de Creus – Port de la Selva – Vilajuïga – Monasterio de Sant Quirze de Colera- Rabós– Espolla – Coll de Banyuls– Maureillas-las-Illas – Cortal del Batlle – La Vajol – Maçanet de Cabrenys – Tapis – Coustoures – Serralongue – Le Tech– Prats de Mollo – Molló – Rocabruna – Beget – Sant Miquel de Pera – Oix – Castelfullit de la Roca
- Ruta total: 241Km
- Época recomendada: Primavera, Verano y Otoño
Puntos de interés
- Cap de Creus
- Viñedos de la costa roja
- Macizo de Alberes
- Garrotxa
- Sierra de Rodes
- Beget
- Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotx