RAÚL CERVIGÓN

Mi acceso al mundo motero fue tardío, rozaba la treintena cuando una oposición me obligaba a obtener el permiso de conducir motocicletas. Esa necesidad se tornó en afición y posteriormente en irrefrenable pasión.

Aunque me encanta salir de ruta en mi BMW R1200 GSA con mis amigos, mi auténtica predilección son los viajes en solitario a tierras lejanas, donde la travesía te obliga a abandonar tu zona de confort a cambio de regalarte un crisol de nuevas y auténticas experiencias, cruzando fronteras sin la certeza de dónde dormir o cuándo comer.

Mi ruta favorita, por aquello de tenerla a mano y disfrutarla siempre que quiera es escaparme de la capital Charra cruzando la dehesa salmantina para embeberme de curvas en Las Batuecas, la Sierra de Francia y las hermosas Hurdes cacereñas, parando a comer en La Alberca o Mogarraz, y visitando el Santuario de La Peña de Francia y el Meandro del Melero.