De Coll a Coll

Nuestra ruta comienza temprano, estamos en plena ola de calor y tiene pinta de que no nos dará tregua. Nos encontramos en Argentona, situado en la histórica franja litoral del Maresme al nordeste de Barcelona y a poco más de media hora del centro de la Ciudad Condal. 

La bella Maresme nos ofrece un gran patrimonio tanto histórico como arqueológico que se remonta a tiempos del Paleolítico. Visitas como la del sepulcro megalítico de Ca l’Arenes, el acueducto de Can Cua de Pineda de Mar, los Hornos romanos La Fornaca de Vilassar de Dalt, el Castillo Medieval de Santa Florentina de Canet de Mar el cual reconocerás si te gusta Juego de Tronos, las torres de vigía para defensa de los ataques piratas berberiscos o Les Torretes utilizadas como telegrafía óptica para comunicarse entre los municipios, son sin duda lugares que no puedes dejar de ver si te encuentras en esta comarca, como sin duda es que nos dejamos lugares emblemáticos en el tintero, pero hoy nuestras visitas serán desde el asiento de la moto, ¡así que… Arrancamos!

Tras pocos minutos habremos llegado a nuestro primer “Coll”, el Coll de Santa Helena. Como por estas tierras nos gusta tanto a los que viajamos en moto esto de los “Colls”, vamos a por nuestro segundo Coll, pero no sin antes pasar por el Pantano de Santa Fé del Montseny donde, si las encinas, hayas y robles no han hecho su función de darte cobijo del sol, siempre podrás darte un baño refrescante.

Ahora sí, debemos dejar la BV-5119, no es que no nos guste, es que se ha acabado, pero nos espera la BV-5114, la misma que abandonamos para llegar hasta aquí desde Fogars de Montclús. Abandonamos el Vallés Oriental para seguir nuestro camino, sin eje central, que nos llevará hasta el Coll Sesferreres, la Ermita románica y Coll de Sant Marçal, para entonces sobrepasamos los 1000m de altitud y rodeados de las montañas de Matagalls y Les Agudes. La misma carretera cambia de nombre para llevarnos hasta el Coll de Borforiol, el Coll de Gomara y el de Ravell para ir hasta Arbucies, La Selva, acompañados en este último tramo por su riera. Arbucies es un lugar pintoresco, y lo muestran con su Fiesta Tradicional de interés Nacional de Les Enramades (desde 1589) decorando sus calles con alfombras de flores y hierbas.

 ¿Próximo destino?  Sant Hilari Sacalm. Aquí, sin duda, uno de sus puntos de parada obligatoria es La Baldufa. Probablemente sea el trompo más grande del mundo. 

Después de darle un par de vueltas al trompo continuamos hacia el Embalse de Susqueda construido sobre el rio Ter el cuál nos llevará hasta Anglès para subir de nuevo, en busca de nuestro siguiente coll, el Coll d’en Bas. Es momento de abandonar las carreteras serpenteantes, las sombrías ya las dejamos atrás hace muchos kilómetros así que sigamos hasta la villa Besalú para ver su puente románico catalogado como Bien de Interés Cultural. 

Sabemos que nuestra próxima visita nos hará recorrer la misma carretera tanto de subida como de bajada, pero también sabemos que valdrá la pena subir cada metro y recorrer cada curva, nos dirigimos al el Santuario de la Mare de Deu del Mont. Quizás tenían razón cuando pensaron que construir su santuario a tal altura te acercaba al mundo celestial, solo debes deleitarte con las vistas. 

Esta ha sido nuestra última parada antes de dirigirnos a Banyoles donde nos espera un atardecer junto al lago no sin refrescarnos, ¡no! esta vez no ha sido en el agua si no en El Bosc de les Estunes, un lugar de inspiración literaria y origen de muchas leyendas, situado entre cuevas, impreganado de leyendas, vegetación y una temperatura ideal para esta ola de calor. Ahora sí, el sol se enconde mientras se refleja en el agua del Estany de Banyoles.