Desde Sevilla hasta el museo BMW en Munich

Tenemos por delante 9 días de increíbles aventuras. Carreteras y lugares espectaculares que le quitan el aliento a cualquiera, conociendo a nuestro paso diferentes culturas, tradiciones y bellísimas personas. Esta es la historia de cómo llegamos a Munich desde Sevilla

Día 1: Empieza la aventura. Salimos de Sevilla temprano y comenzamos la ruta a través de Montoro con el sol a las espaldas. Paramos a por un bocadillo de tortilla en una de las típicas ventas andaluzas y eso nos dio combustible para toda la jornada. El calor empezó a apretar a la altura de Ciudad Real, así que nos hicimos la solemne promesa de que la próxima vez cruzaríamos La Mancha de madrugada. Realmente alucinante la serranía de Cuenca y luego Teruel…  grandes recuerdos del viaje al GP de Aragón del 2018. Al final de la jornada, Zaragoza nos recibió con 35 grados, por lo que la cerveza del guerrero nada más llegar al hotel (y luego la piscina) hicieron el resto y cerraron la tarde con una experiencia casi religiosa.

Día 2: Visita obligada al Pilar antes de salir rumbo a los Pirineos. Las vistas son espectaculares llegando a Sort, donde nos encontramos que La Bruja de Oro está cerrada: ¡cachis! Nos paramos a repostar en un bar lleno de moteros, tras lo que seguimos hacia Andorra la Vella: curvas y más curvas. La temperatura es ideal, así que nos paramos a tomar algo antes de atravesar la frontera. Carcassona nos esperaba, pero llegamos tarde porque me dejo engañar por el modo «carretera de curvas». Nos llegamos la “no tan grata” sorpresa al llegar al hotel de que no hay cocina, cosas que pasan, así que un restaurante italiano en el centro tomó el relevo y salvó la noche.

Día 3: Una vez más en ruta temprano. Camino de Lyon encontramos tráfico, tras lo que pusimos dirección Chamonix. El paisaje es espectacular, así que paramos en una estación para descansar y hacer fotos del imponente Mont Blanc. Luego seguimos hacia Suiza, donde el paisaje de alta montaña es sobrecogedor y dan ganas de quedarse en cualquier cuneta a pasar unos días. Bajamos al valle y desde ahí directos a Brig. La ciudad nos regala un atardecer espectacular y una cena al nivel de nuestra ruta, realmente impresionante.

Alto Valle Rhone

Día 4: Llueve toda la noche, pero eso no nos para, así que cargamos la moto y salimos dirección a la triple frontera. La carretera para salir del valle es simplemente la mejor que he recorrido en mi vida. Punto. Paramos en la zona alta para tomar un café, donde todo tipo de viajeros se daban cita allí. Ante la amenaza de más lluvia, decidimos continuar con nuestra ruta hacia Munich antes de que nos pillara. Tocamos Austria por un momento y seguimos la autopista con dirección a nuestro destino final, donde nos dimos una merecida ducha nada más llegar para después salir a visitar el centro.

Puerto de Furka

Día 5: Visita obligada al museo BMW. Impresionante. Realmente es un lugar de culto para todos los amantes del motor, ya seamos de las dos o cuatro ruedas.

Museo BMW

Día 6: Comenzamos con la vuelta a casa, y nos gustó tanto Suiza que decidimos volver a pararnos allí, esta vez por Ginebra. Llegamos a la ciudad por la tarde y nos encontramos WiFi gratis por todos lados, al igual que un transporte público sin coste para todos los visitantes. Paseando conocimos a un francés que regentaba un restaurante a orillas del lago: el resto de la noche fue fruto del vino y del buen yantar.

Día 7: Trazamos una pronunciada diagonal a través de Francia para llegar a la zona de Burdeos. Atravesamos el Macizo Central, donde la carretera que se adentra en las montañas es verdaderamente sobrecogedora. Queremos llegar temprano a Saint Emilion para disfrutar de los viñedos y el ambiente de este pueblo tan icónico. Nos alejamos en un chateau, donde los majísimos propietarios nos sirvieron el desayuno en el jardín, dándonos una merecida inyección de energía.

Viñedos cerca de Saint Emilion

Día 8: Ponemos rumbo al sur y paramos en San Sebastián, ya que La Concha es uno de esos sitios que nunca te cansas de visitar. Desde allí seguimos hacia el sur, donde el aire se vuelve cálido a medida que nos acercamos a Madrid, donde realizamos una parada obligada en casa de amigos: qué gran viaje estamos haciendo.

Día 9: Sin prisa pero sin pausa, salimos de Madrid rumbo al sur. Sabemos que nos espera mucho calor, pero lo aguantamos como campeones con tal de llegar a casa. En la sierra madrileña nos sorprende una granizada, así que tenemos que parar y dejar que pase el temporal. Volviendo a la marcha, ubicamos alguna ruta del Quijote y Sancho antes de atravesar Despeñaperros, momentos antes de llegar sanos y salvos a casa. Por fin.

Han sido 9 días muy intensos de carretera a las espaldas, con más 6000 km rodados y disfrutados. Realmente, un gran viaje y una preciosa experiencia.