Inicié mis pinitos en el mundo de las dos ruedas con una Bultaco Frontera 370, una “pura sangre” que de vez en cuando me dejaba mi hermano, hasta que pude comprarme mi primera moto, un Vespino, el cual después de numerosas modificaciones ya no dio para más… había llegado el momento de dar el salto.

Los avatares de la vida hicieron que ese salto llegara bastantes años después, cuando compre una BMW 650 GS, el “veneno” volvía a recorrer mis venas y ya no había vuelta atrás. A la monocilíndrica la sucederían la saga de nuevas bicilíndricas, siempre con BMW, hasta llegar a la actual BMW 1200 GS con la que me dispuse a traspasar fronteras… mi primer gran viaje recorrió seis países europeos, unos 7.000 Km, en una aventura repleta de anécdotas, un antes y un después. ¡Desde aquel viaje le han sucedido unos cuantos más!

Tengo que reconocer que soy más amante de las grandes rutas que de las escapadas de fin de semana, de cualquier forma la sensaciones que te transmite montar en moto son únicas, casi adictivas… la “aventura” comienza desde el mismo momento que accionas el motor de arranque y el sonido y las vibraciones envuelven tu cuerpo.