Brincando la frontera – Valles de Navarra

Amanece en el Monasterio de Leyre, uno de los conjuntos monásticos más interesantes tanto por su historia (en Leyre están los pilares del viejo Reino de Navarra y el panteón de sus primeros reyes), como por su arquitectura. Es el principal monumento románico de Navarra y uno de los conjuntos altomedievales más atractivos de España.  

Montasterio de Leyre

Son las 8:00 am e inicio la ruta tomando el “camino” de acceso que une el monasterio con el pueblo de Yesa. A mitad de camino, hago un alto en una especie de mirador para contemplar las vistas del embalse de Yesa, una magnifica panorámica con la luz del sol reflejada sobre sus aguas. Ya en Yesa y a menos de 7 Km por la NA-5410 se encuentra el Castillo de Javier, en la localidad del mismo nombre. Impresionante fortaleza en un perfecto estado de conservación que merece la pena visitar.  

Retomo el camino de vuelta hacia Yesa por la NA-5410, giro en el cruce a la derecha por la NA-2420 que desemboca en la N-240, la antigua nacional que bordea en parte el pantano de Yesa, dejando las aguas del río Aragón a mi derecha. Me desvío a la izquierda, dirección norte, por la A-137 dirección Burgui, siguiendo el curso del río Esca que cruza el valle de norte a sur y cuyas aguas han esculpido la Foz de Burgui, todo un espectáculo natural y que bien merece aparcar la moto para darse un paseo por el sendero entre túneles y vistas impresionantes de la Foz.  

Foz de Burgui

Sigo por la NA-137 dirección norte por el valle de Roncal, atravieso las poblaciones de Roncal, Urzainqui e Isaba, donde el impresionante paisaje y los pueblos empedrados invitan a bajar el ritmo y disfrutar de todo lo que se nos ofrece a la vista.  

La carretera en continuo ascenso y entre paredes escarpadas de piedra se dirige al puerto de Larra-Belagua, frontera con Francia. Después de dibujar las sucesivas “eSes” que serpentean la montaña mientras gano altura, llego al mirador de Larra-Belagua que nos regala unas extraordinarias vistas. Desde este punto también se puede apreciar el desfile de “eRRes” trazando las curvas que jalonan la subida mientras sus motores aúllan en todo el valle. Parece ser un lugar de encuentro entre la familia motera española y francesa. Continúo por la NA-137, D132 francesa, que conduce a La Piedra de San Martín, a más de 1.750 metros de altitud. La carretera serpentea el altiplano donde las zonas rocosas se entremezclan con el prado alpino.   

Larra Belagua

Dejo La Pierre de Saint Martin a mi derecha y continuo por la D132, unos kilómetros más adelante y ya en una zona boscosa, tomo el cruce a la derecha dirección Osse-en-Aspe, por la D441, la carretera se convierte en una pista estrecha con mucha grava suelta que se adentra entre un inmenso bosque de pinos, donde uno agradece las bondades de la 1200GS, que pese a una pista muy deslizante y con fuertes pendientes en bajada te transmite una seguridad indiscutible.  

Me desvío a la izquierda por la D442 para llegar a Osse-en-Aspe, encantador pueblo francés de los Pirineos Atlánticos enclavado en el fondo de las montañas y rodeado de un paisaje increíble, donde la verdad es que merece la pena parar y recorrer las calles y alrededores del río donde se obtienen preciosas instantáneas.  

Osse en Aspe

Abandono Osse-en-Asppe para tomar la N134 dirección Sarrance y antes de llegar me desvío a la izquierda por el Col d`Ichère (D241), según voy ascendiendo diferentes carteles indican el desnivel que deben superar los ciclistas, recuerdan imágenes del Tour de France. En el segundo cruce giro a la izquierda por la D341 dirección Arette y luego por la D918  hacia  Lanne-en-Baretous y Montory. Pasado Montory giro a la izquierda por la D26 dirección Larrau. La carretera repleta de curvas circula en todo momento paralela al río Gave de Larrau, ofreciendo un paisaje de indudable belleza. 

Río Larrau

Larrau, más que un pueblo francés, recuerda a uno navarro. Tiene varios lugares de interés en las cercanías, como el famoso puente colgante de Holtzarte, a 150 m de altura, visita obligada; o las célebres gargantas de Kakueta. La preciosa subida hacia el puerto de Larrau (D26) se desarrolla por una muy buena carretera con fuertes pendientes que llegan al 15%, alternando zonas abiertas donde se puede ver todo el esplendor del bosque que abarca hasta donde alcanza la vista, muy cerca se encuentra la selva de Irati; con el bosque de hayas más grandes de Europa, con zonas donde te adentras en mitad de la espesa vegetación. En la cima encontramos un parking donde detenernos y disfrutar de las hermosas vistas.  

Una vez superado el Puerto de Larrau 1573 m., frontera entre Francia y España, los primeros compases del descenso (NA-2011) discurren por una zona abierta con poco desnivel desde donde se puede contemplar unas impresionantes vistas. Continúa el descenso, ya más pronunciado, por una carretera algo estrecha pero de buen asfalto y que discurre en buena parte por zonas boscosas. Tomamos el desvío a la derecha por la NA-140 dirección Ochagavía.  

Ya en Ochagavía, uno de los pueblos más bonitos de los Pirineos navarros, tanto por su enclave a los pies de la Selva de Irati como por su arquitectura rural; merece la pena pasear por sus calles flanqueadas por casas de piedra con flores en los balcones, donde hago una parada para comer. Allí tengo la suerte de conocer a un grupito de moteros maños que había llegado minutos antes, después de un rato de conversación me invitan a que les acompañe durante la comida, ya que viajo solo. La comida discurre entre risas, anécdotas de viajes y avatares varios sobre este mundillo de las dos ruedas. Tanta es la sintonía que deciden seguirme en mi ruta por la tarde para conocer la zona.   

El destino es la fábrica de armas de Orbaitzeta, o mejor dicho lo que queda de ella. Con mis nuevos compañeros de ruta continuamos por la NA-140 hasta Aribe, tomamos el cruce a la derecha por la NA-2030, hasta llegar al pueblo de Orbaiceta donde hacemos un alto en el camino para tomar café y cambiar impresiones. Coincidimos con las fiestas locales y al llegar a lo que podría ser el centro neurálgico del pueblo, el frontón, nos encontramos una gran mesa con todos sus comensales de fiesta, ¡sorpresas que tiene la ruta! Después de la improvisada sobremesa, seguimos por la misma estrecha y sinuosa carretera hasta la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaitzeta, a unos 5 kilómetros de la frontera con Francia. Las ruinas que quedan de la antigua fábrica, que tuvo su apogeo entre los siglos XVIII y XIX, se esconden entre un espeso manto de vegetación, donde un panel informativo describe cada una de las salas y uno trata de imaginar cómo sería la actividad en aquel lugar perdido en el tiempo.  

La noche empieza a echarse encima y toca retirada, después de compartir teléfonos y de unos sentidos abrazos nos despedimos. Volvemos por la misma carretera hasta Aribe donde se separan definitivamente nuestros caminos: ellos hacen noche cerca de Roncesvalles y yo me vuelvo hacia el monasterio de Leyre donde hago mi segunda noche.  

Pasado Aribe me desvío a la izquierda por la NA-2040 hacia Olaldea y luego de nuevo a la izquierda por la NA-1720 dirección Nagore. La sinuosa carretera discurre paralela al río Irati, y aunque las sombras se van adueñando del entorno no deja de ofrecer bonitas estampas. Los kilómetros y la larga jornada van pesando y tengo ganas de llegar. En el cruce con el NA-150 giro a la izquierda hasta Lumbier, para posteriormente tomar la A-21. En un rápido enlace de pocos kilómetros por autovía me desvío hacia el pueblo de Yesa y en las rotondas sigo las indicaciones que me llevan al Monasterio de Leyre. Llego entrada la noche al monasterio, que me recibe con la luz tenue de sus farolas y un silencio que invita al descanso.